Todavía recuerdo la primera llamada…Era un día de estos…de los calorosos, un día de junio y una tarde de verano, de playa…llena de risas, de pequeños arquitectos concentrados en sus enormes castillos de arena, de agua salada del mar, del ruido de los aviones que a cada 30 minutos estrenaban un nuevo espectáculo de figuras con el aire y dejaban sus huellas blancas como si fueran bailarines que dejan el aire partido en mil piezas de viento… Yo también estaba allí, con el cuerpo tumbado en la arena y la mente a mil kilómetros de velocidad, y con todo el caos que reinaba en mi cabeza. Pensamientos llenos de preguntas luchaban en mi mundo… “Y ahora qué?”, me preguntaba a mí misma. “Tengo todo el tiempo del mundo y toda la libertad del Universo, tengo amor, felicidad y la elección…” En este momento escuché el sonido del teléfono que rápidamente me sacó del lío que estaba creciendo en mi cabeza… “Número desconocido.” Mil cosas pasaron por mi mente en tan solo dos segundos… “Responder o dejarlo, responder o dejarlo…” Pues, al final me entró el coraje y cogí el teléfono. Una voz amable me saludó y empezó a hablarme tranquilamente… Ahora no me acuerdo de si hablé con Rosana o Diana (todavía lo estoy investigando :D), pero sé perfectamente que son unas de las personas más positivas y amables que he conocido y justo aquella voz y la primera impresión llena de las sonrisas radiantes de estas dos personas me hicieron quedarme… Bueno, después de un rato ya tenía una cita para el miércoles a las cuatro de la tarde. “Qué raro!”, me puse a pensar de nuevo después de dejar el móvil. “Ahora me acuerdo del correo que mandé a una academia de vuelo, cuya dirección encontré un día buscando cursos interesantes. “Y se lo juro, lo mandé así, de broma, pensando que era una de estas páginas que siempre te dicen que te van a enviar la información al correo que les dejes o que te llamarán, y nunca lo hacen. Pero…no era el caso. Qué suerte que decidí responder a esta llamada…
Llegó el día de la cita. Ahora recuerdo que estaba un poco nerviosa, pero al mismo tiempo muy emocionada, porque por fin alguien iba a explicarme cómo podía trabajar volando… Me puse la ropa de color “positive”, me peiné con alegría (no, la verdad es que todavía tenía el pelo “rebelde”, con trenzas africanas), me dibujé una sonrisa y salí de casa…
Recuerdo mi primera impresión de la academia: “Wow, qué estilo, pero de verdad!”. Y con esto no me refiero solo a las aulas transparentes y el estilo moderno de la escuela, me refiero también a la actitud con la que me recibieron! Entonces fue cuando conocí a Eva por primera vez. Una mujer rubia y muy alta; vestido elegante de verano, pendientes enormes, zapatos bonitos y sonrisa preciosa. “Qué imagen, pensé, una de éstas con aroma a profesionalidad y educación, con emoción y ganas de enseñarles a las personas que los sueños sí, se convierten en realidad… Entonces me dije a mí misma: “A ella sí, sí que le voy a dejar a explicarme lo que significa trabajar como un TCP… Después de quince minutos con Eva ya tenía la información del curso y de sus módulos con todos los detalles que necesitaba. Entonces fue cuando ella me preguntó: “Estás segura de que quieres hacerlo? Empezamos este lunes…” Créenme…nunca antes había tomado una decisión con tal rapidez, pero ya sabía perfectamente que no necesitaba nada de días y de semanas vacías para pensármelo. Ya sabía que ésta era una idea ya reposada que con el tiempo se había convertido en un sueño de que en aquel momento me di cuenta que se estaba volviendo realidad…
Después de otros quince minutos ya me estaba probando el uniforme y la americana. Luego fui a un viaje por la academia con Rosana que con la sonrisa enorme de siempre me mostró las preciosas aulas transparentes (en las que te sientes libre, como si estuvieras volando, en el aire, sin paredes oscuras, sin colores grises) y el lugar de descanso que habían preparado especialmente para sus alumnos (donde días después ya compartíamos las risas de ocho de la mañana o algún que otro postre preparado con amor de nuestra mami, Katerina <3)…
Después de otros quince minutos ya salía de la academia arrastrando mi nueva maleta. Entonces me di cuenta de que había tomado una decisión tan importante en tan solo 30 segundos, una decisión que iba a cambiar mi vida por completo. Una sonrisa interna iluminó a toda mi cara, una sonrisa que me decía: “Mira, así se hacen las cosas!” Así fue cómo conocí a Flycademy. Tan rápidamente pasó todo que ni siquiera me dio tiempo a sentarme y pensar en lo que ya me había metido, solo sabía que algo nuevo y muy interesante estaba en el horizonte, olía a aventuras, mi aroma favorito y mi sabor preferido.
El día 25 de junio empezamos con las primeras clases y como era un curso intensivo ya nos dimos cuenta de que teníamos que ponernos las pilas y adaptarnos al ritmo de las lecciones que nos entraban en las cabezas con tal rapidez que ni siquiera nos dio tiempo a pensar en el tiempo…Primer día, primera clase, primeros minutos, primer encuentro, primera impresión, son unos de los momentos más raros y al mismo tiempo unos de los más graciosos, éstos que siempre nos acompañan en las nuevas experiencias… Un silencio absoluto reinaba en el aula, todavía no nos conocíamos. Al principio pensaba que yo era la única extranjera en el curso, pero después de la presentación me di cuenta de lo internacional que era el grupo: desde la pequeña isla de Mallorca, recorriendo toda la parte peninsular, en un vuelo transoceánico hasta Colombia y de nuevo con rumbo a Europa, pasando por el este tan desconocido, Rumanía y Bulgaria, con una parada en la República Checa y otro vuelo a La Habana, Cuba…nació el grupo de los TCPs’5.
Entonces fue cuando nos conocimos por primera vez… Y…“Señoras y Señores, Ladies and Gentlemen, Meine Damen und Herren, Madame et Monsieur, Signore e Signori, Дами и Господа“…después de tres semanas ya todos sabíamos que el nombre de la abogada del grupo de los TCPs’5 NO se escribe con H!, Elena Olalla, la chica que siempre tiene una pregunta inteligente para todo tipo de profesores. Marina, quizá una de las personas más completas que conozco, siempre impecable en todo, desde el peinado y el maquillaje preciosos hasta las puntas de los zapatos y las 9 clases de MMPP, muy rápidamente se ganó el título de “La jefa” que siempre ofrece su ayuda. Atención, por favor, si no conocéis a Miss Simpatía, aquí os presento a Carla Martret. De ella aprendí algo muy importante: Cuando no entiendes algo, es mejor preguntar sin vergüenza en vez de ponerte la cara de “Yo lo sé todo”. Gracias, Carla, es una de las mejores lecciones que he aprendido!… Y ahora, “la hemos liao”, verdad, Lydia? No, es broma, por muy loca (en el sentido más positivo) y rebelde que sea nuestra Lydia, después de ser el modelo perfecto en la clase de maquillaje, acabó con el pintalabios rojo perfectamente puesto! Lydia, tantas emociones… Llegamos hasta la tercera fila de bancos donde siempre se sentaba Miss Flycademy, Iliana Ros Petrova, mi compañera de “apellido más raro para los extranjeros”. Iliana, cuando pienso en ella, me vienen solo las palabras más radiantes, positivas y bonitas, y creo que todos estamos de acuerdo de que ella era y todavía sigue siendo el corazón del grupo. En las últimas semanas junto a Iliana se sentaba Desirée, y no, no es francesa, pero sí, es ¡la más deseada!. Es la chica más valiente, “strong” y graciosa del curso. Y lo más importante: su familia estuvo con nosotros durante todo el tiempo ;)! Así que con Desi nunca te vas a aburrir, porque ella sabe cómo hacerte sonreír incluso en los días cuando vienes a clase con dos horas de sueño. Faby, la “churri” del grupo (que chic@s, todavía no sé lo que exactamente significa esta palabra, ni cómo se utiliza). Faby, churri, gordi, en el principio la materia le parecía una montaña, pero luego se puso las pilas y se lo sacó todo con unos 110%. Julia Rodríguez, nuestra chica exótica de La Habana, Cuba, a la que nunca le faltaba el pañuelo de color naranja! Julia vivió esta experiencia con tanta emoción, tan “live”, que le va a quedar para siempre el procedimiento de cómo actuar en un amerizaje. En la otra parte del aula, encargada del control de la luz y a veces del aire en el avión, se sentaba nuestra SC, bien conocida como la mami del grupo, Katerina Dzika. Nuncs te quedabas con dudas si tenías a la mami a tu lado, los postres caseros tampoco nos faltaban :). Por fin nos enfrentamos a uno de los dos caballeros del grupo. Mark. Y su miedo a la Demo. Miedo? No creo, después de solo dos clases con Eva ya no solo podíamos hacer la Demo a la perfección, sino también teníamos todos los procedimientos grabados en la cabeza. Y, en cuanto a Mark, pues superó su miedo escénico y logró sacar un 10 en el examen práctico de natación. Karol Camayo de Cali, Colombia, mi compañera de pupitre que nunca comete errores, nunca jamás. Alumna excelente de medicina. ¡Gracias por el vendaje impecable, Karol! Primera fila, Anne o Rebeca, Anne y Rebeca, sí, es una persona, pero tiene dos nombres. La más pequeña del grupo y la más responsible en cuanto a los detalles. Aparte del maquillaje precioso, la manicura y el pelo siempre bien recogido, nunca se le olvidaba la tarjeta de acreditación y el pañuelo. Y Oscar que de verdad se merece un Oscar de actitud y sobre todo de voluntad extraterrestre. Nuestro “cojo del grupo” que supo mantener su espíritu vivo y nunca se rindió. Un gran luchador! Espero que su historia sea una verdadera motivación para muchos. Bueno, la voy a incluir en otro libro mío, jaja… Ah, sí, los chic@s y yo, que no hablaba mucho, pero sí, lo entendía todo y observaba…
Sí, un verdadero equipazo que no lograríamos a formar sin nuestros profesores en la academia. Desde las 9 clases de Mercancías Peligrosas y sus divisiones decoradas con símbolos y colores en la presentación de Martín a quien no se le escapa ni una sustancia peligrosa de la “Clase 9: variadas” hasta el anexo 18 de OACI.
Pasando por los procedimientos de ONE y la montaña de los diferentes tipos de “fuego a bordo” cuya dueña Vero nos daba caña a cada paso aumentando la motivación del grupo con su actitud viva y un instinto de supervivencia enorme. Seguro que saldrás vivo en caso de emergencia a bordo si ella está allí, sea fuego en tu ropa o una despresurización explosiva. Con Vero sobrevivirás siempre: Sahara, el Polo norte, la Selva Amazónica, ella es capaz de tomar la Gran Decisión ;).
“Correcto!”, si se levanta en el horizonte esta palabra afirmativa, ya sabes que ha empezado la clase de Antonio. Después de todas las autoridades competentes y organizaciones en materia aeronáutica, los 19 anexos y los convenios que se quedaron clavados en mi memoria gracias a la creatividad y la buena organización de Antonio, puedo decir oficialmente que nunca antes en mi vida había prestado tanta atención a algo relacionado con el derecho y la normativa. Una manera excelente de enseñar la materia! En esta categoría perfectamente dibujada y adornada con detalles se encuentran también las clases de CTG, Conocimientos Teóricos Generales de Aviación, después de cuyas lecciones ya habíamos empezado a pensar en millas náuticas y pulgadas. Alabeo, cabeceo, guiñada, sin duda, una de mis partes favoritas. Principales características de las nubes, ADF, ILS, DME…ya confío en mis capacidades de aterrizar sin problema ninguno. Pero mi sistema de protección contra incendios en la cabeza ya no funcionaba…hasta el momento del “Correcto!” alegre de Antonio que nos recordaba que cada detalle merece la pena.
Después del incendio venía la hipoxia, y sin la gran ayuda de Mariló nos quedaríamos sin oxígeno, tumbados en el avión por la lipotimia que podría provocarnos la medicina infinita. Entre todas las quemaduras y congelaciones, heridas, todo tipo de fracturas y lesiones e intoxicaciones alimentarias, cada desmayo con sus síntomas…estaba el RCP y la maniobra de Mariló que con explicaciones bien ordenadas pudo salvarnos del shock traumático que se había apoderado de nuestras mentes al principio. Hepatitis A, B, C, D, etc., diarreas, vacunas, ya somos profesionales y con los conocimientos que recibimos de la anatomía del cuerpo humano, ya somos capaces de reaccionar sin miedo en caso de un parto a bordo! Ah, claro, no se me olvida el vendaje perfecto que aprendimos a hacer…lecciones que serían útiles no solo a bordo de un avión. ¡Gracias, Mariló, por tu paciencia!
Hablando de hablar y de comunicarnos me viene el nombre de Carmen, una gran psicóloga que nos enseñó que la comunicación y la actitud correcta a bordo de un avión son una de las cosas fundamentales. Y que deberíamos aprender de los errores de los modelos desarrollados a lo largo de la historia de la aviación.
Después de todos los conocimientos adquiridos teníamos que aprender cómo defenderlos, pero de verdad…Y cuando hablo de defensa, me refiero a una defensa personal real! Por eso en los últimos días del curso tuvimos la suerte de conocer a Rafa que nos enseñó técnicas de defensa profesionales y muy útiles en muchos casos. Gracias a su clase detallada ya somos capaces de utilizar las esposas, así que…¡Mucho cuidado con los TCPs’5!
Poder defenderte es un arte cuyo secreto no se esconde solo entre las técnicas que podemos realizar a través de nuestros cuerpos. El arte de la defensa vive también en las palabras que utilizamos o, en nuestro caso, en el mundo del “itañolo”, donde todos los españoles que intentan “parlar” italiano ponen una “i” al final de cada palabra y se comunican perfectamente con los italianos que “hablan spagnolo” utilizando siempre la “s” al final de cada expresión. Bueno, es lo que siempre nos dice Dani, que nunca deja de ayudarnos en el mundo del inmenso italiano recordándonos que hacer errores no es algo malo o prohibido porque éstos son una de las riquezas de la lengua y nos hacen soltarnos más a la hora de hablar. Y se lo juro…yo no soy de un país hispanohablante, mi lengua materna ni siquiera forma parte del grupo latino, pero después de las clases de Dani, ya me siento preparada para presentarme a una entrevista utilizando el italiano como lengua de defensa. Grazie mille, Dani!
Y por último, “Presencia y ubicación correcta”! Son las palabras que mejor describen a Eva Sotos. Última, pero no menos importante, totalmente lo contrario: porque reúne todas las cualidades para ser el piloto excelente de esta academia. La que siempre estaba a nuestro lado apoyándonos en todo, desde la introducción y el examen duro de natación hasta la clase de orientación laboral y la última persona que subió en la balsa. Gracias a su espíritu luchador y el coraje de enseñar al mundo que seguir un sueño no es imposible y que todo empieza con tu primer esfuerzo en hacerlo realidad…ha podido formar un equipo de excelencia en el que cada uno enseña a través de su forma de ser y de su propia experiencia, sin sentirse obligado a seguir un sistema rígido que ahogue la creatividad que cada uno de los profesores ha desarrollado. Ésta es una de las miles de buenas impresiones que me ha dejado Flycademy: Un gran equipazo que sabe cómo formar a otro gran equipazo.
¿Por qué elegí poner mi mundo en modo avión y formar parte de la tripulación de Flycademy?
Porque me enseñó que trabajar como tripulante de vuelo formando parte de un equipo que trabaja en el aire no es solo servir bebidas y comida. Es una responsabilidad que se esconde detrás de cada sonrisa: siempre hacer a todas las personas sentirse bienvenidas a bordo, importantes, escuchadas, cómodas y sobretodo seguras.
Porque me enseñó que aprender a trabajar en equipo, con personas diferentes, y ser flexible, son dos cosas muy importantes. Y cuando hablo de un equipo, me refiero a todas las personas que están al bordo del avión, porque cuando estamos en el aire los clientes se convierten en una parte fundamental de nuestra familia grande.
Ayudar. Es otro motivo por hacerlo…Médico, bombero, policía, psicólogo…Me entusiasma poder hacer de todas estas personas a bordo.
Porque me enseñó que los detalles bien cuidados forman parte del profesionalismo de esta profesión. Desde el brillo de los zapatos hasta el pintalabios cuyo color se combina perfectamente con el esmalte de las uñas. El uniforme bien planchado, el pañuelo puesto, el pelo arreglado, el maquillaje adecuado. Una rutina diaria que gracias a Eva y su colaboración con Rixels Spa&Beauty nos enseñó que la tranquilidad que transmite la imagen de un tripulante de vuelo es una de las primeras cosas a la hora de subir a bordo.
Porque me enseñó que el conocimiento de nuevos idiomas me ayuda a entender mejor a las personas diferentes, maneras diversas de pensar y actuar… Comprender mejor el mundo que nos rodea.
Porque me enseñó que trabajar viajando y viajar trabajando, moverte… es un sueño que se convierte en realidad.